viernes, 7 de marzo de 2008

“Mujeres, ¡oh! mujeres tan…”

Por BLADIMIRO NICOLÁS CUELLO DAZA
Representante a la Cámara – La Guajira

Como electora o elegida; como humilde cabeza de hogar o matrona de alta alcurnia; como monja o reina de belleza; como fabricante o vendedora; como cantante o maestra de escuela; como diseñadora o costurera; como modelo de pasarela o científica; como esposa o amante; como mamá o hija; como mujer o mujer…
Aún contra los estereotipos machistas arraigados en nuestra sociedad, ella es hegemónica —“mujeres, ¡oh! mujeres tan divinas, no queda otro camino que adorarlas”, dice la canción de Vicente Fernández— y sigue siendo eje de esa misma sociedad que la ha discriminado: ¡Quién más si no ella!, gracias, entre todas sus virtudes, a su capacidad natural de procreación amorosa, así la ciencia aporte ahora la fecundación in vitro, la inseminación artificial, la reproducción asistida…

El próximo sábado 8 se celebra el Día Internacional de la Mujer y cuán placentero resulta para el autor de esta columna —¡palabra que sí!—, concretamente desde mi condición de gíneco-obstetra que recibe esas vidas a las que ella da vida, que adelantarme a los mensajes que recibirá al rememorarse aquellas primeras revueltas femeninas, allá a mediados del siglo XIX y comienzos del XX, mediante las cuales ella se sacudió de siglos de injusticia y relegación: claro comienzo del logro de una igualdad de derechos frente al impositivo varonil.

Exalto a la mujer, más aún ahora, cuando participa efectivamente en la toma de decisiones y el discurrir del mundo, tras venir sustrayéndose, paulatina pero valiente y aplastantemente, de las imposiciones machistas que, en el hogar, la rotulaban como “jefe de cocina” con categoría casi de miembro de la servidumbre y como objeto de placer nocturno en la alcoba. Y no olvido a aquellas mujeres que aún padecen las consecuencias de la violencia y asisten al ignominioso deterioro de sus derechos. A ellas les expreso mi solidaridad.

En este marco de ideas, destaco una iniciativa femenina que se impulsa en Riohacha y que pretende, a comienzos de abril, congregar a quinientas damas guajiras para inducirlas a que no cejen en sus propósitos de ganar más espacios en los escenarios político-administrativos y se consoliden como pieza fundamental dentro de los procesos de desarrollo. Bajo la capacidad organizativa y orientadora de la líder wayúu Rosa Pacheco, una de las cuatro diputadas que ostenta La Guajira —surgentes de una pléyade de dirigentes políticas que cuaja en mi Departamento y de quienes destacan animosas concejalas y alcaldesas—, la idea centra expectativas en figuras femeninas nacionales como las senadoras Gina Parody, Dilia Francisco Toro y Martha Lucía Ramírez y las Representantes a la Cámara Miryam Alicia Paredes y Orsinia Polanco, así como la vicepresidenta de la Organización Demócrata Cristiana Soraya Galvis, de quienes se desea su presencia en Riohacha para que, en Riohacha, desarrollen el panel “Mujer y sociedad en la escena política”.

De cristalizar tan excelente iniciativa, considero que las experiencias e ideas que transmitan voces tan autorizadas, calarán hondo, más allá de la mera identidad de género, en el pensamiento de mis paisanas. Así los varones tendremos que reajustarnos los cinturones y, en la arena política, enfrentarlas a ellas por las preferencias del constituyente primario.

Y, de paso, ponernos a tono con la canción de Vicente Fernández y jamás permitir que, mal, “se hable en mi presencia de las damas”.

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