jueves, 22 de abril de 2010

Capturadas 14 personas de la banda de “Los Guajiros”


Según la Policía, se trata del grupo delincuencial más poderoso en este tipo de delitos. Era el azote en localidades como Engativá, Puente Aranda y Suba.

La Policía asegura haber desarticulado la banda delincuencial más poderosa en el hurto de vehículos que operaba en Bogotá.

A la organización 'los Guajiros' se le atribuye el robo, en los últimos diez meses, de 130 automóviles y camionetas de gamas media y alta en la capital, aunque sólo 62 de los vehículos (avaluados en $ 2.213 millones) están incluidos en el proceso de judicialización.

Tras 17 allanamientos, adelantados de manera simultánea en la madrugada del martes en La Guajira, Cúcuta y la capital, miembros de la Sijín capturaron a 14 integrantes de la organización, que se suman a seis que ya estaban a disposición de la Fiscalía.

La banda, dirigida por alias 'el Guajiro', al que la Policía le halló doble identificación -Pedro Antonio Ruiz Miranda y Pedro Luis Peñaranda Cuadrado- se especializaba en comercializar los carros en Venezuela y Ecuador. "Estamos trabajando con las autoridades de esos dos países para entregarles información preferente porque se supone que en Venezuela y Ecuador hay otras bandas que reciben los vehículos hurtados en Colombia", dijo el general César Pinzón, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.

¿Cómo operaban?

La Sijín estableció que la banda delinquía preferiblemente entre las 8 p.m. y las 11:30 p.m. en ocho localidades: Antonio Nariño, Engativá, Los Mártires, Kennedy, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal y Suba.

Varios miembros de la organización se desplazaban en un taxi, un carro particular y una motocicleta e iniciaban el seguimiento de su posible víctima, que en la mayoría de los casos viajaba sola.

"Se turnaban en la persecución para no despertar sospechas", dijo un investigador del caso.
Posteriormente, el conductor era abordado por los delincuentes en un paraje solitario o en las entradas de las viviendas, cuando se disponía a ingresar el carro al garaje.

Mientras los autores directos hurtaban el vehículo, tras encañonar a su víctima, sus cómplices les indicaban cuáles rutas estaban libres de retenes, trancones o presencia de autoridades.

Los vehículos eran llevados por tres o cuatro días a parqueaderos dispuestos para la actividad delincuencial o a conjuntos residenciales. "Se descubrió que en algunos casos los vigilantes de los conjuntos actuaron como cómplices para guardar los carros", agregó el investigador.

Así mismo, otros integrantes de la banda, en la que participaban seis mujeres, adelantaban la falsificación de placas y documentos para llevar los carros a Uribia (Guajira), Cúcuta e Ipiales (Nariño), donde luego eran comercializados para llevarlos a los dos países vecinos.

Otros vehículos robados eran desguazados y vendidos por partes en los sectores del Siete de Agosto, la Estanzuela y el Restrepo. Igualmente, se conoció que cuando los carros no estaban asegurados, "los delincuentes llamaban a sus dueños para exigirles dinero a cambio de devolverles el automotor", señaló Pinzón.

Las marcas más apetecidas por 'los Guajiros' eran Toyota, Ford, Hyundai, Mazda, Renault y Chevrolet.
Tomado de "El Tiempo"

martes, 20 de abril de 2010

LA HOJA DE RUTA


Por: Amylkar D. Acosta

Los resultados de la Consulta Caribe el pasado 14 de marzo asobrepasaron todas las estimaciones al registrar más de 2.5 millones de votos, cuando la meta que nos habíamos impuesto era de sólo 1 millón! Es importante tener claridad en el sentido que la realización de la consulta y la copiosa votación a favor de la autonomía regional es al mismo tiempo un punto de llegada y también de partida en pos de metas más elevadas. Por ello, no nos podemos dormir sobre los laureles, no podemos bajar la guardia; no podemos desmayar, pues quien no persevera en un propósito igual que Sísifo está condenado a volver a comenzar una y otra vez. En tales circunstancias no hay peligro mayor que la autocomplacencia prematura. Hay que ser conscientes de que apenas estamos desbrozando el camino, que es largo y sinuoso porque esta es una empresa de largo aliento, de ello no hay duda.

En primer lugar, esperamos que el trámite y aprobación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) se abra paso rápidamente, máxime cuando el Proyecto que se someterá a la consideración del Congreso de la República ha sido objeto de una amplísima concertación. En el entretanto es indispensable ir trabajando en la arquitectura de lo que serán en el inmediato futuro las regiones administrativas y de planificación, así como en la que les dará forma a las regiones como entidades territoriales. Así mismo, es indispensable continuar con el proceso ya iniciado de promoción y socialización de la propuesta de Fondo de Compensación y Equidad Regional (FCER), con el cual se busca nivelar la cancha, corregir los desequilibrios interregionales e intraregionales y propender por la equidad regional.

Otro aspecto de primordial importancia es el que hace relación con la formulación y elaboración del Plan Regional de Desarrollo y el Plan Regional de Competitividad. Uno y otro cuentan ya con las bases para su formulación y están en línea con los esfuerzos de parte del gobierno nacional (DNP, MDCT y la Consejería Presidencial para la Productividad y la Competitividad) para superar el rezago de Colombia en materia de competitividad de cara a la creciente inserción de la economía colombiana en la economía global. Por lo demás este proceso que está protagonizando el Caribe colombiano está llamado a ser replicado en el resto de regiones del país al que le servirá como prueba piloto.

En este contexto, me atrevo a proponer que promovamos una Comisión que se ocupe de lo territorial, del mismo modo que en su momento se concibieron por parte de los gobiernos de turno para la descentralización, la de Racionalización del Gasto (G. Rosas, 1997), la de Ingresos Tributarios (J. J. Echavarría, 2002), la del Gasto Público (R. Botero, 2006) y, la de más reciente creación, sobre Reglas de Estabilidad Fiscal (Wiesner, 2010), sólo que esta vez queremos que sus recomendaciones no se queden en el papel, que el gobierno de turno y el Congreso le paren bolas. Manos a la obra!

EL UNANIMISMO


POR SER UNA TEMÁTICA DE PALPITANTE ACTUALIDAD, REPRODUCIMOS UN EDITORIAL DEL PERIÓDICO "EL INFORMADOR" DE LA CIUDAD DE SANTA MARTA.

Hace un eco pasivo en la comunidad del municipio de Riohacha, de los demás municipios y del departamento de La Guajira, la forma como se desarrolla el presente cuatrenio de los mandatarios de turno.

Llama poderosamente la atención que en la mayoría de los entes territoriales las decisiones colectivas en los organismos colectivos y deliberantes (Concejos municipales y Asamblea departamental) se toman en forma unánime sin proponer debates que enriquezca el camino para adoptar la mejor decisión en procura de darle la más acertada aplicación a los escasos recursos con que contamos que en boca de muchos son innumerables como para tener una mejor suerte en la solución de las necesidades básicas insatisfechas.

No se necesita hacer un gran esfuerzo para recordar que al inicio de las presentes administraciones la elección de personeros municipales y la de Contralor Departamental prendió las alarmas a quienes desprevenidamente observamos el trasegar de la cosa pública; de allí en adelante y hasta la presente los mandatarios han gozado de las famosas facultades para llevar la administración por el sendero que el mandatario decida, pero eso en el fondo no es malo, lo que en nuestro criterio es lesivo para la comunidad es no hacer el control político que amerita a ese mandato que a través de las facultades los órganos colectivos y deliberantes del orden municipal y departamental otorgan a los mandatarios.

Podríamos atrevernos a pensar que la confianza que les tienen estos órganos colectivos a los administradores es tan amplia que asumen que éstos tienen la obligación de cumplirle a la comunidad, pero así mismo ellos tienen un compromiso para con quienes los elegimos.

Hacer control político no es estar en contra de la administración, sino asegurarse que quien está obligado a cumplir con determinada función lo haga en el tiempo y forma que su manual de funciones se lo indique, tampoco pretendemos que se forme un muro entre éstos y la administración por cuanto la dinámica misma de la función pública impone la armonización de las acciones.

Convencido que definitivamente no hay control político, a través de este escrito me surge el interrogante de si hay en la ciudad, en los demás municipios y en el Departamento en general quién ejerza control social desde la familia, los gremios, la prensa, las universidades, la iglesia, las escuelas, etc.

Y si existe ciudadanía y en qué forma se ejerce, porque a la luz de los hechos dudo que eso esté sucediendo y ello permite que los gobernantes crean que las cosas están bien.

Con todo esto recuerdo un pasaje del libro del autor italiano Ferrero, Guglielmo, Poder los genios invisibles de la ciudad, segunda edición, Madrid, Tecnos, 1998. Cuya traducción la hiciera nuestro profesor en los estudios de maestría que estamos a punto de culminar, doctor Eloy García, en la cual el autor hace la siguiente reflexión:

“La ciudadanía es irrenunciable: nadie puede dejar de ser ciudadano sin renunciar a ser hombre. No existen derechos del individuo sin garantía previa de que el orden que los protege es patrimonio de los ciudadanos.

La libertad política y la solidaridad colectiva son presupuestos del goce individual y no sus instrumentos. No es posible distinguir el Estado de la sociedad, como tampoco lo es discernir entre ciudadano y gobernante”.