Oli Rodríguez Gutiérrez, de 38 años, se convirtió ayer en la víctima número 33 de la industria del secuestro en Zulia en lo que va de año, cuando tres sujetos armados lo sometieron y obligaron a abordar una Explorer azul con placa desconocidas, propiedad de la víctima. El hecho se registró a las afueras de una empresa de seguridad en la avenida Universidad, a las 9.30 de la mañana de ayer.
Fuentes extraoficiales informaron que se trató de un secuestro exprés, nueva modalidad del flagelo. Allegados a la familia precisaron que Rodríguez llegó al lugar y segundos después tres sujetos encapuchados lo interceptaron. Algunos vecinos, que acostumbran sentarse en el frente de sus casas, regresaron al interior de sus viviendas al percatarse de la situación. Minutos después, se comunicaron con los familiares del empresario.
Se conoció que durante las horas de cautiverio, los captores mantuvieron a la víctima rondando por la vía hacia Maicao, ciudad colombiana en donde lo dejaron libre a las 4.30 de la tarde. Golpes y ofensas recibió el padre de familia durante las siete horas que estuvo cautivo.
Los sujetos le arrebataron su teléfono celular y una fuerte cantidad de dinero, con la que se presume pagaría unas cuentas pendientes con uno de sus clientes. Además exigieron a Rodríguez parar en varias oportunidades en cajeros automáticos para sacar más efectivo.
Libre
Pese a que se desconocen mayores detalles del hecho y del hermetismo de la familia, parientes y allegados se mostraron aliviados al enterarse de la liberación de Oli Rodríguez. Gritos de alegría se apoderaron de la vivienda familiar. La víctima fue dejada en libertad, luego de que los sujetos hicieran varios disparos al suelo para asustarlo.
El empresario se puso nervioso y alterado. Incluso perdió el conocimiento por algunos minutos, hasta que varios hombres lo encontraron en un lugar solitario y bastante alejado de la ciudad colombiana. Se presume que se trató de personas trabajadoras de la industria del calzado turco que estaban pasando por allí por casualidad, ya que el lugar no es muy transitado.
"Está bastante maltratado y visiblemente afectado. Gracias a Dios que esos hombres le prestaron primeros auxilios y nos llamaron porque en estos casos nunca se sabe cómo va a terminar", reseñó un allegado de la víctima que prefirió no identificarse. La familia declaró que no pagó dinero pues los sujetos no establecieron contacto.
Amigos de Rodríguez lo describieron como un hombre tranquilo, responsable y trabajador. Tiene dos hijos y vive con su esposa.
"La Verdad"
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