domingo, 10 de abril de 2011

Cerca a Paraguachón asesinan a conductor venezolano

Familiares de la víctima


La frontera colombo-venezolana es nuevamente escenario de violencia extrema. Así quedó comprobado con la muerte de Eduardo Emiro Vargas, de 72 años, quien falleció tras ser alcanzado por una de las cuatro balas que le dispararon cuando regresaba a Venezuela. El hecho sucedió el pasado viernes 8 de abril, a las 6.00 de la mañana, a pocos kilómetros del peaje de La Raya.

El septuagenario era chofer de la línea Nueva Lucha-Maicao y se encontraba trasladando a ocho personas, entre las que se encontraban dos señoras y un grupo de estudiantes, desde el lado venezolano hasta el vecino país en su camioneta Dodge Ram cuando un grupo de sujetos desconocidos parados en la vía y portando armas de fuego intentaron obstaculizar el camino para obligar a detener el vehículo de la víctima.

Al ver la situación Vargas aumentó la velocidad para lograr escapar; sin embargo, los antisociales abrieron fuego para obligarlo a detenerse, cosa que no pasó. "Él no se quiso detener porque hace dos años le robaron el carro de manera similar y donde ocurrieron los hechos siempre pasan esas cosas", señaló Ledy Vargas, hija del occiso.

A toda velocidad

El conductor, a pesar de que la bala la recibió en la región intercostal izquierda, continuó hasta llegar a un centro asistencial de Maicao donde le fueron empleados los primero auxilios. Por suerte ninguno de los pasajeros resultó herido, por lo que sólo fueron tratados para calmar el susto que habían sufrido.

El ambulatorio donde fue atendido Vargas no contaba con los insumos necesarios para una herida como la que presentó, por lo que decidieron trasladarlo hasta Venezuela a bordo de una ambulancia de la Cruz Roja neogranadina. Tras un agónico recorrido, a las 3.00 de la tarde el vehículo entró a la emergencia del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM). A pesar del esfuerzo de los médicos, la víctima falleció a las 7.00 de la noche del mismo viernes.

Los familiares del occiso indicaron que siempre fue una persona amable y que era conocido en ambos lados de la frontera, al punto que los estudiantes siempre lo esperaban en una parada para que les diera la cola hasta el lado colombiano y viceversa.
Tomado de: "La Verdad"

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